Entrenamiento de Alta Intensidad y Colesterol ¿Aliados contra el Riesgo Cardiovascular?

Introducción

El colesterol elevado sigue siendo uno de los factores de riesgo más temidos en salud cardiovascular. Frente a los tratamientos farmacológicos y las recomendaciones tradicionales de ejercicio moderado, una nueva estrella se alza en el horizonte del entrenamiento: el entrenamiento de alta intensidad. Pero ¿Qué tan eficaz es realmente para mejorar nuestro perfil lipídico?

¿Qué es el entrenamiento de alta intensidad?

El entrenamiento de alta intensidad consiste en alternar períodos breves de ejercicio intenso con pausas de recuperación activa.
Este tipo de entrenamiento, aunque breve, desencadena potentes adaptaciones fisiológicas, entre ellas mejoras en la capacidad cardiovascular, sensibilidad a la insulina y… sí, también en los niveles de colesterol.

Mecanismos de acción de la alta intensidad sobre el perfil lipídico

Varios mecanismos explican cómo el entrenamiento de alta intensidad impacta favorablemente en los niveles de colesterol:

  • Mayor movilización de grasas: estimula la actividad de enzimas que degradan lípidos.
  • Reducción de grasa visceral: menos tejido graso profundo se traduce en menos inflamación sistémica.
  • Mejora del metabolismo de lípidos e insulina: favorece el equilibrio entre HDL (colesterol “bueno”) y LDL (colesterol “malo”).
  • Activación del transporte de colesterol: el cuerpo se vuelve más eficiente al “recoger” colesterol de los tejidos periféricos para eliminarlo.

Evidencia científica actual

 1. Batacan et al. (2017) Concluyeron que el el entrenamiento de alta intensidad reduce significativamente los niveles de triglicéridos y mejora el colesterol HDL, especialmente en adultos sedentarios.

Referencia: Batacan, R. B. et al. (2017). Effects of High-Intensity Interval Training on Cardiometabolic
Risk Factors. Sports Medicine, 47(12), 2439–2453.

 2. El entrenamiento de alta intensidad vs. entrenamiento moderado
Tjønna et al. (2008) compararon el entrenamiento de alta intensidad con entrenamiento continuo en personas con síndrome metabólico. Los resultados favorecieron ampliamente al entrenamiento de alta intensidad, con mejoras notables en colesterol total y LDL.

Referencia: Tjønna, A. E. et al. (2008). Aerobic interval training vs. continuous moderate exercise in metabolic syndrome. Circulation, 118(4), 346–354.

¿A quién beneficia más?

El entrenamiento de alta intensidad es especialmente útil para:

  • Personas con colesterol elevado o síndrome metabólico.
  • Adultos con poco tiempo disponible.
  • Individuos sedentarios que inician un cambio de hábitos (con supervisión).

El entrenamiento de alta intensidad

Siempre debe adaptarse al nivel de cada persona y, en casos de riesgo cardiovascular, ser prescrito por un profesional médico.


Conclusión

El entrenamiento de alta intensidad no solo es eficiente en tiempo, sino que ofrece mejoras reales en el perfil lipídico, con evidencia científica sólida. Integrado de forma adecuada, puede ser una herramienta poderosa para reducir el colesterol, mejorar la salud cardiometabólica y transformar el estilo de vida.

Referencias bibliográficas (formato APA)

  • Batacan, R. B., Duncan, M. J., Dalbo, V. J., Tucker, P. S., & Fenning, A. S. (2017). Effects of
    High-Intensity Interval Training on Cardiometabolic Risk Factors in Adults: A Systematic
    Review and Meta-Analysis. Sports Medicine, 47(12), 2439–2453.
  • Tjønna, A. E., et al. (2008). Aerobic interval training versus continuous moderate exercise as a
    treatment for the metabolic syndrome: a pilot study. Circulation, 118(4), 346–354.
  • Maillard, F., Rousset, S., Pereira, B., Traore, A., Boirie, Y., & Boisseau, N. (2018). High-
    intensity interval training reduces abdominal fat mass in postmenopausal women with Type 2
    diabetes. Obesity, 26(5), 1115–1125.