Ejercicio para la prevención de la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas: Guía basada en la evidencia para la prescripción óptima

La osteoporosis y las fracturas por fragilidad relacionadas son un problema de salud pública mundial en el que los agentes farmacéuticos dirigidos a la densidad mineral ósea (DMO) son la primera línea de tratamiento. Sin embargo, los productos farmacéuticos no tienen efecto en la mejora de otros factores clave de riesgo de fractura, incluida la baja fuerza muscular, potencia y capacidad funcional, todos los cuales están asociados con un mayor riesgo de caídas y fracturas, independientemente de la DMO. 

El entrenamiento con ejercicios dirigidos es la única estrategia que puede mejorar simultáneamente múltiples factores de riesgo relacionados con el esqueleto y las caídas, pero debe prescribirse adecuadamente y adaptarse a los resultados deseados y al grupo objetivo especificado.

Patogenia de las fracturas relacionadas con la osteoporosis. El riesgo de fractura depende de factores de riesgo esqueléticos y no esqueléticos, pero las fracturas son el resultado de una falla estructural del hueso, donde las cargas aplicadas al hueso (la mayoría de las veces por una caída) exceden su resistencia.