El ejercicio y la masa ósea

La cantidad (dosis) óptima de ejercicio es de gran importancia. Aunque el ejercicio hace aumentar la densidad ósea, un gran volumen de entrenamiento puede no resultar tan beneficioso para el hueso, así vemos que con demasiada actividad puede dar lugar a una disminución de la masa ósea. Por lo tanto, sugiero que para conseguir unos huesos fuertes,nos ejercitemos con pesos de forma intensa, breve y poco frecuente.
A menudo se aconseja caminar o trotar para reducir la perdida de la masa ósea relacionada con la menopausia. El hecho de caminar no va a aumentar la densidad ósea a menos que llevemos una mochila llena de pesos y esto llevaría a un mayor impacto en las articulaciones y además el tren superior no tendría los mismos beneficios en la parte superior del cuerpo.

Intensidad, volumen de entrenamiento y frecuencia

Sabemos que hay una relación entre la intensidad, el trabajo y el tiempo, ahora bien, un entrenamiento excesivamente largo (gran volumen de trabajo) el esfuerzo será demasiado bajo, entonces trabajar se vuelve demasiado fácil y prolongado, lo que anula cualquier posible beneficio para la salud o condición física. El volumen (cantidad de trabajo) y la frecuencia, son medidas que deben ir relacionadas con la intensidad del esfuerzo, y este esfuerzo finalmente, debe ser lo suficientemente grande para hacer ejercicio en condiciones anaeróbicas cuando hay un intento de maximizar la resistencia y el tejido muscular.